lunes, 14 de enero de 2008

La tragedia como entrenamiento

Como si de una película hollywoodiense se tratara, la antigua base aérea americana, situada en las inmediaciones del aeropuerto de San Pablo, se convirtió en un auténtico campo de batalla. El motivo, la simulación del derrumbe de un edificio en el que han participado el Cuerpo de Bomberos de Sevilla y del País Vasco, ambulancias y sanitarios del 061, y en el que colaboraron los helicópteros de la Policía Nacional y de la Dirección General de Tráfico (DGT). El ejercicio comenzó a las 10:15 horas de la tras el aviso de la sirena. Los 68 bomberos -30 del País Vasco y 38 en periodo de prácticas de Sevilla- se agruparon en grupos de cuatro, cada uno con un jefe que les iba indicando qué material utilizar y cómo actuar. El ejercicio consistió en la actuación de los bomberos por derrumbe parcial de un edificio de dos plantas y la asistencia de heridos hasta un tercer nivel, el sótano. El inmueble, tras el derrumbe, supuestamente queda colapsado sin accesos ni salidas. Previa a la intervención de los bomberos, los perros adiestrados han localizado a las víctimas. En concreto doce figurantes ataviados con maquillaje e incluso con órganos de juguete asomando por sus cuerpos, chillaban desesperados por el dolor. Todo realismo.
Los bomberos empiezan la subida a la cubierta donde, a partir de una primera inspección, encuentran cuatro accidentados, que cuidadosamente pero con rapidez, y ayudados por sanitarios, van bajando uno tras otro por las escaleras montados en camillas. Sin embargo, encuentran obstáculos. Falta material y urge el traslado de algunos heridos al hospital más cercano. Piden los helicópteros. A los quince minutos aterriza en una zona señalizada previamente con botes de humo el primer helicóptero de la DGT para proporcionar material, pasados diez minutos, el de la Policía Nacional llega para trasladar a una de las víctimas más graves.
Rescate en otras plantas
Una vez evacuadas las personas de la cubierta comienza el descenso a las dos plantas inferiores. Para ello, realizan una primera «cata». Abren un orificio en el suelo y meten una pequeña cámara que les hará saber el estado del interior del inmueble y la localización de posibles víctimas, asimismo con un medidor de gas, se aseguran de que no hay ningún escape que pueda causar alguna explosión. Una vez inspeccionado el lugar, inician la apertura de grandes huecos para poner penetrar varios bomberos y el material necesario para evacuar a los heridos. La cosa se complica. Debido a las gruesas paredes de hormigón de la finca se precisa cautela a la hora de abrir los agujeros para no herir a ninguna víctima.
A la vez que descienden, tienen que ir asegurando el camino de vuelta, por lo que además de las cuerdas con las que van atados, apuntalan el lugar para eludir posibles derrumbes. Encuentran a las víctimas y comienza la subida. Una vez rescatadas ya sólo faltan los heridos de la planta sótano, en donde se repitió el mismo proceso que en los pisos superiores.
Cuatro horas de labor
Tal y como aseguró Antonio Rodas, jefe de la sección de Formación y Relaciones Públicas del Cuerpo de Bomberos de Sevilla, en el caso de que el accidente hubiera sido real, el ejercicio práctico, que duró unas cuatro horas, se hubiera convertido en momentos de pánico durante más de 16 horas. En esas cuatro horas, los bomberos trabajaron con equipos de última tecnología: cojines neumáticos, equipos hidráulicos de elevación, lanzas térmicas -funden el hormigón a una temperatura de hasta 1.200 grados- y martillos percutores, para realizar los butrones que les permitieron descender.
Los 38 bomberos sevillanos participaron en esta actividad dentro de su periodo de formación como futuros bomberos, que ha durado 4 meses. En realidad, el estudio de este ejercicio comenzó cuatro días antes, cuando los bomberos se trasladaron al lugar del futuro derrumbe simulado para determinar la zona donde iban a trabajar.
Con respecto al resto de bomberos, los vascos, que contribuyeron a la causa, venían a Sevilla, según Carmen Urbieta, directora de Atención de Emergencias de Interior del Gobierno Vasco, en virtud de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla, y para realizar un curso de desescombro y salvante porque «necesitábamos acciones formativas efectivas, y en la capital hispalense hay infraestructura para la preparación de los bomberos».
Urbieta añadía que por las «circunstancias» que se dan en el País Vasco, es «imprescindible» una buena cualificación del Cuerpo de Bomberos en el Plan de Emergencias Vasco.
Unas 5.000 actuaciones
En 2007, los bomberos hispalenses han intervenido alrededor de cinco mil avisos, afirmó el relaciones públicas del Cuerpo de Bomberos, Javier Rivas.
Rivas comentó además que estos ejercicios simulan algunas de las intervenciones que los bomberos han tenido que realizar de forma real en México o El Salvador, en los últimos desastres naturales ocurridos en la zona. En cualquier caso, y para cualquier otra consulta, no lo dude: llame al 080.

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