El asentamiento y florecimiento masivo de los comercios orientales en Sevilla ha propiciado que una marea de personas de origen chino llegue a la ciudad, sobre todo desde 2001, aunque muchas veces creando grandes imperios de talleres ilegales para autoabastecerse. Agentes del Grupo II de la Unidad contra las redes de inmigración ilegal y falsedades documentales de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación (Ucrif) aseguraban que las zonas en España donde más se han localizado este tipo de talleres ilegales es en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga. En la capital hispalense, desde 2001 ha aumentado la intercepción de estos talleres por la Policía Nacional, llegando a desmantelar más de 20 «factorías de explotación». Las zonas en las que se han localizado este tipo de establecimientos fueron el Cerro del Águila, Palmete, Su Eminencia, Nervión, El Cerezo y Polígono Aeropuerto.
La investigación por parte de la Brigada de Extranjería comienza cuando tienen conocimiento, a través de vecinos o comerciantes de la zona, de que existe un posible taller chino clandestino que pueda estar vulnerando el derecho de los ciudadanos extranjeros y de los trabajadores. Más tarde, ya fijada la fecha, los agentes proceden a inspeccionar el local. Habitualmente, estos talleres trabajan al por mayor y en ellos se puede encontrar una media de 20 operarios de origen chino trabajando para el comercio textil, en primer lugar, y de artículos de droguería, decoración y juguetería.
En ocasiones, cuando los agentes registraban algún almacén o taller clandestino encontraban zulos donde esconder a los trabajadores cuando la Policía merodeaba el lugar. Para no ser «pillados» y como última opción, cuando son acosados por la Policía, pronto cambian de lugar de trabajo antes de que la Justicia pueda actuar, acabando en otro taller de cualquier provincia o en un restaurante o bazar.
En los últimos seis meses el número de detenidos de nacionalidad china indocumentado asciende a más de 45.
Pase ilegal por los aeropuertos
Del aspecto legal o ilegal de la llegada masiva de inmigrantes de nacionalidad china a la capital hispalense y la instalación de éstos y formación de comercios orientales, los agentes de la Ucrif, explicaban que se pueden realizar a través de tres vías. La primera de ellas de forma legal, adquiriendo el trabajador en su país de origen, en este caso China, el visado de trabajo tipo D -de larga duración- para venir a España a trabajar. Así, trabajarían en restaurantes, bazares o cualquier tipo de establecimiento con licencia y donde los operarios estarían dados de alta en la Seguridad Social. Si estas personas estuvieran más de dos años trabajando de forma legal y pudiendo acreditar que eso es cierto adquirirían la nacionalidad española.
La segunda forma, el taller dispone de licencia de apertura, aunque con respecto a la estancia de los trabajadores habría una ilicitud penal contra el derecho de éstos, ya que, se encuentran en una situación de coacción. En este caso, los trabajadores llegan al país por su propia cuenta con visado tipo C -de corta duración-, que al finalizar el tiempo estipulado en el permiso se quedan de forma ilegal.
Por último, entran en juego los grupos mafiosos que traen a posibles trabajadores de forma ilegal. Grupos organizados captan a personas de las zonas más deprimidas de China, próximas a la capital, Pekín, como Zegian y les proporcionan una «bolsa de viaje». Ésta comprendería pasaporte, visado turístico, de 90 días, y cierta cantidad de dinero, aproximadamente 2.000 euros para enseñar en la frontera y pasar como turista. En el viaje van acompañados por «pasadores» hasta llegar al aeropuerto donde contactarían con el «controlador». Esta persona pondría en contacto a los viajeros con el taller en el que trabajarían. Al mismo tiempo, el controlador les quita el pasaporte y visado y pasarían a estar endeudados, una deuda que asciende alrededor de 15.000 euros.
A partir de ahí, la persona de nacionalidad china, ya instalada en la ciudad que ha sido destinada, empieza a trabajar hasta que paga la cantidad de dinero, con intereses, que la mafia le ha prestado. Esta tercera vía, supone la explotación total de las personas, sin las condicioines de seguridad e higiene precisas, que trabajan en el taller en cuestión.
Desde 2001, el florecimiento y abastecimiento de los comercios asiáticos ha despertado las sospechas sobre su «legalidad». En los últimos seis meses fueron detenidas más de 45 personas de origen chino.
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