Capacidad ilimitada de plazas, aunque los fines de semana puede llegar a tener hasta más de una docena de inquilinos. Cuidados veterinarios: no es problema el que traigan a sus mascotas y estén ladrando toda la noche sin interrupción, «los vecinos se lo agradecerán». Asistencia a sus vehículos: podrá encadenar su «carro» a los soportales de las viviendas para evitar robos. Y servicio comedor. Por motivos estacionales no funciona la caldera, aunque unas buenas mantas y unos confortables cartones harán de su visita de la mejor estancia en Sevilla. Y lo más importante: no se preocupe por las posibles represalias de la Policía Local o del Ayuntamiento, porque les han otorgado, al parecer, una total carta de libertad para campar a sus anchas.
Este debe ser el «correveidile» de los indigentes que noche tras noche desde hace más de tres meses establecen su «campamento base» en la calle Imagen de la capital hispalense para dormir. Una situación que a vecinos y comerciantes les está empezando a causar verdaderos problemas.
Insalubridad en Imagen
Alrededor de las 20:30 horas, un grupo de personas empiezan a instalar sus cartones y demás abalorios en la calle. Buscan cualquier refugio, en los rincones de las tiendas, bajo los soportales, y allí permanecen hasta alrededor de las 9 de la mañana, cuando uno a uno se va marchando con la «casa a cuestas» a medida que se van despertando. Según los vecinos, no son personas que hagan excesivo ruido ni den problemas, sin embargo causan otras muchas molestias en cuanto a la salubridad de la zona se refiere. Y es que Lipasam, cuando pasa de madrugada para baldear las calles, tiene que bordearlos para no mojarlos. Una vecina, inclusive, cuenta que estuvo a punto un día de «rociar» una botella de lejía en el sitio donde se instalan para limpiar ella misma el soportal por el insoportable olor que había. «Cuando bajamos encontramos restos de haber comido, de haber hecho sus necesidades e incluso vómitos. Es insoportable», explica una vecina, quien añade que «es increíble que esto pase en una de las calles más céntricas y con más paso de turistas. Estamos dando una imagen de una ciudad tercermundista». No obstante, los vecinos en ningún momento exigen el echarlos para acampen en otra calle de Sevilla, sino una llamada de atención al Ayuntamiento para que ofrezca cobijo, sobre todo en estas noches tan frías, para estas personas.
«No sabemos si realmente no encuentran cama en el albergue o es que prefieren vivir en la calle. En cualquier caso, si los servicios sociales actuaran por estas personas sin techo, saldríamos ganando unos y otros», agregan los vecinos.
Por otro lado, los vecinos también critican la pasividad policial. «Hemos llamado muchas veces a la policía para que haga algo, porque muchas noches obstruían el paso a mi casa, y no ha aparecido. Aunque si no lo hicieron cuando denunciábamos por el ruido del botellón, ahora harán menos».
«Vivimos con miedo»
Quizás a lo que más importancia den los vecinos de la calle Imagen sea a un posible enfrentamiento con algún indigente. «Vengo de trabajar todos los días alrededor de las diez de la noche y me da auténtico miedo cuando tengo que sortearlos para poder entrar en mi casa, porque no sabemos cómo van a reaccionar», comentaba otra vecina. En este sentido, a uno de los indigentes varios vecinos lo han reconocido como alguien que hasta hace poco robaba. «Pago un dineral de contribución al Ayuntamiento para que tengamos que aguantar esta estampa diariamente, tan denigrante y vergonzosa». La edad media de estas personas ronda los 45-50 años, y afirma un grupo que «no tenemos dónde dormir, en el albergue hay pocas camas y siempre las cogen los inmigrantes».
No es éste asentamiento el único que se puede ver por las calles del casco histórico. Los soportales de la calle Javier Lasso de la Vega, en la calle San Eloy, la Plaza de San Andrés o en Marqués de Paradas, junto al centro de salud, son algunos de los lugares que se repite este cuadro.
El albergue municipal, sito en la calle Perafán de Ribera, cuenta con tan sólo 54 camas para las casi 400 personas que se calcula que en Sevilla viven en la calle. El Ayuntamiento prometió hace un lustro un aumento hasta 140 plazas, pero aún no han empezado a acometer las obras. Son centros privados de acogida los que ofrecen mayor número de camas, unas 100, como el de Miguel de Mañara, la casa de acogida para mujeres inmigrantes y otras organizaciones sin ánimo de lucro.
lunes, 10 de diciembre de 2007
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