viernes, 23 de noviembre de 2007

«Esto antes era un garaje de cohes, ahora la Alfalfa es una plaza»

Tras siete meses de obras, al fin Alfredo Sánchez Monteseirín, alcalde de Sevilla, inauguró ayer la peatonalizada plaza de La Alfalfa dos semanas después del plazo previsto, admitiendo las «molestias» que ha causado a comerciantes y vecinos. «Esto era antes un garaje de coches y no una plaza» dijo, mientras se sorprendía gratamente por el cambio que había experimentado el lugar. Además, anunció que la Unesco ha invitado al Ayuntamiento hispalense a participar en la Exposición Universal que se celebrará en Shangai (China) en 2010 para defender el «conjunto de recuperación de espacios en el casco histórico de Sevilla». Una recuperación que ha sido posible gracias el proyecto «Piel Sensible», que contó con un presupuesto de 1.823.100 euros. Sin embargo, no todo fueron halagos. Los vecinos que pasaban por la zona expresaban su insatisfacción por el acabado de La Alfalfa. En corrillo, observando lo «feliz» que estaba el alcalde, uno decía que «tanto las farolas como los bancos rompen con la estética de una tradicional plaza sevillana», y otro le seguía, «lo importante es que con la colocación de bancos La Alfalfa no se convierta en un lugar de concentración para el botellón». En este sentido, una vecina apuntaba que, «basta con que inauguren algo para que los gamberros lo destrocen. Opino que deberían poner cámaras de seguridad, quien rompa algo que lo pague».
Con respecto al mobiliario de la plaza, otra vecina explicaba, «el alcalde debería visitar la plaza de noche, cuando las farolas están iluminadas, esto parece un campo de fútbol. Es totalmente antiestético». Entre risas, otros transeúntes de la zona opinaban que las plantas que han colocado, romero, iba a durar poco porque «todo el mundo se llevaría un puñadito para su casa».
Opinan los comerciantes
Por otro lado, los comerciantes de la zona temen que llegue el día en que el entorno de La Alfalfa quede peatonalizado completamente. Un empleado del bar Gran Tino aseguraba que de momento no ha afectado a su negocio el que la plaza esté peatonalizada, además criticaba positivamente el estado final de la plaza. Una crítica no tan constructiva realizaba el dueño del kiosko-floristería de La Alfalfa quien afirmaba, «veo muy uniforme el suelo de la plaza, todo muy gris. Quizás alternar el gris con otro color le hubiera dado más vida». De su negocio piensa que puede verse «perjudicado» una vez que el tráfico rodado no pase por los alrededores de la plaza.

Niños, un recurso fácil
Como todos los políticos saben, que un grupo de niños aparezcan «de repente» en sus convocatorias con los medios de comunicación tiene un gran tirón en la opinión pública. Ya lo hizo el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, cuando inauguró un parque a principios de octubre al final de la calle Luca de Tena, junto al apeadero Virgen del Rocío, donde dos clases del colegio Almutamid hicieron acto de presencia, y así mismo lo ha hecho su «compañero» el alcalde con un grupo de escolares del colegio San José de las Mercedarias. Según dijo una de las profesoras que iban de tutoras con el grupo de niños, «hemos visitado la Casa Consistorial y al salir decidimos venir y que los niños jugaran en la Alfalfa». Sin embargo, lo extraño de la visita radica en que llegaron diez minutos antes de que llegara el alcalde, y se fueron cinco minutos después de que éste se marchara. Por supuesto, los niños «reconocieron» de inmediato a Monteseirín y corrían «ilusionados» a darle la mano y saludar al primer edil.

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