martes, 20 de noviembre de 2007

«En las coronas de flores de las calles vemos gritos y dolor»

«Era viernes, habíamos tomado unas copitas de más. Íbamos en el coche hacia una Feria, mi primo con su novia, y dos amigos y yo en los asientos traseros. Ninguno con cinturón de seguridad. Una velocidad excesiva y una curva muy pronunciada hizo que el coche chocara contra un árbol. Mi primo ha quedado en estado vegetal, su novia murió, y yo parapléjico. De cintura para abajo no siento nada», este es el escalofriante testimonio que Toni Martín, un sevillano que hace quince años tuvo un fatal accidente, contó ayer a 2.400 alumnos de Educación Secundaria y Bachillerato de centros escolares de Sevilla con motivo de la celebración del «Road Show». Un espectáculo de educación vial basado en una original representación multimedia de un accidente de tráfico, en la que se combina una serie de impactantes imágenes y testimonios de los protagonistas que intervienen en una colisión.
La discjockey invita a los jóvenes a adentrarse en el mundo de la noche a través de envolventes sonidos. Bailar, beber alcohol, fumar... hasta que el cuerpo aguante. Un ambiente de risas y desenfreno que en cuestión de segundos se transforma en oscuridad. Termina su intervención: «Tal vez un día os deis cuenta que la realidad la tenéis enfrente».
Un joven con actitud rebelde continúa a la discjockey. Realiza comentarios despectivos hacia las medidas preventivas y minimiza el riesgo de sufrir un accidente pese a conducir deprisa o en estado de ebriedad. «Cuando tenía la moto, el casco me producía sarpullido en la cabeza. Ahora que tengo el coche, me fumo dos porritos, voy a recoger a mi «parienta», y como siempre llego tarde pongo el coche a 180 kilómetros por hora para llegar antes. Pero yo controlo». Seguidamente, se escucha un ensordecedor ruido. El supuesto vehículo ha tenido un accidente. Después una llamada al teléfono de emergencias, se oye las comunicaciones de radio de una emisora policial. A partir de este momento, los jóvenes congregados empiezan a convencerse de que el chico rebelde estaba equivocado. Le sigue una serie de fatídicas imágenes de accidentes simulados.
Un policía de la Unidad de Accidentes de Tráfico, Luis, entra en escena. Lleva cuatro años en esta Unidad, y contaba que «la mayoría de la gente piensa que tenemos una coraza de hierro y que no nos afectan estas escenas. Todo lo contrario, lo vivimos de manera más intensa». Luis explicaba que cuando una persona pasa al lado de una corona de flores en la carretera se queda simplemente en eso, una visión, «sin embargo nosotros vemos los gritos y el sufrimiento de la gente que tuvimos que atender días, meses o años atrás». Un emotivo discurso que finalizaba recordando a los jóvenes el uso de las medidas de seguridad en los vehículos y de respetar las señales de tráfico.
El bombero, Javier Rivas, narraba que «no se puede describir el momento en el que las víctimas de un accidente te agarran las manos para que los salves a ellos y a sus familiares, algunos ya muertos, mientras retiras los amasijos de chapa. Es duro, pero así es la realidad».
Alfonso Yañez, el sanitario del 061, apuntaba un dato: dos jóvenes mueren al día en Andalucía causado por algún accidente de tráfico. «No acabo de acostumbrarme a ver esas escenas», añadía Alfonso, mientras describía su cometido al llegar al lugar de un accidente, las primeras medidas que deben tomar y lo triste que resulta tener que atender a tanta gente joven y sana por culpa de una imprudencia.
María Barrera, especialista de lesiones medulares y craneoencefálicas del Hospital Virgen del Rocío, contaba el mal trago que pasa una vez que ha visitado al paciente por accidente y le tiene que comunicar a los familiares, que ha fallecido, o que por una lesión no podrá volver a andar o siquiera a hablar.
Por último, Toni Martín, contaba su experiencia. Se emocionó por volver a recordar los momentos de su accidente, pero sobre todo insistió en el hecho de decir «no» a montar en un vehículo en el que el conductor vaya bajo los efectos del alcohol o las drogas, o circule a gran velocidad. Finalizaba la representación dirigiéndose a los alumnos que «eludir el riesgo en la carretera supone la muerte. Nuestro trabajo termina aquí, y ahora empieza el vuestro».
La iniciativa pretende concienciar a los jóvenes del peligro y las consecuencias de los accidentes en la carretera. Hasta la fecha, 12.000 alumnos de toda España han participado en el proyecto del «Road Show», a los que se unirán los más de 8.000 previstos en las próximas ediciones de la campaña.

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