Las grandes superficies comerciales de origen asiático, y más concretamente chinos, se están imponiendo de forma acelerada en los barrios de Sevilla. La fórmula mágica, comercios minoristas abiertos las 24 horas del día los 365 días del año, con una política de precios bastante agresiva que hace que muchos establecimientos tradiconales no puedan competir con ellos. Ultramarinos, peluquerías, lencerías, droguerías y un largo etcétera componen el abanico que han creado los orientales en la capital hispalense. Así, según fuentes empresariales, los típicos comercios de la ciudad pierden entre un 25% a un 50% de sus ganancias al mes por estos establecimientos, cuya legalidad es cuestionada por muchos comerciantes, ya que, gran parte de estos comercios abren sin licencia, por lo que no constan en las juntas municipales y no suelen ser controlados.
Si una persona decide pasear por barrios como el Cerro del Águila, Rochelambert, El Cerezo o Nervión se encontrará con una marea de signos indescifrables que anuncian precios económicos. Supuestas chaquetas de piel a diez euros, lencería para mujer con encajes a tres euros, zapatos de imitación de grandes marcas a quince euros... Éstos son algunos ejemplos de lo que hoy se puede encontrar en cualquier establecimiento chino. «Está claro, sabemos que la calidad es menor en los artículos, pero personas como yo, de clase baja, podemos permitirnos el lujo de llevar ropa de marca, aunque sea de imitación», opinaba una clienta habitual.
Vender más barato y más horas
A sabiendas del problema de estos comercios agresivos, los comerciantes «de toda la vida» exigen más control. «Los empresarios y comerciantes queremos que estos nuevos empresarios y trabajadores tengan los mismos beneficios pero también las mismas trabas que nosotros. Pedimos que se vigilen exhaustivamente y que respeten la política de apertura que dicta la Ley de Comercio para los días de fiesta», explicaba a ABC Enrique Arias, miembro del Comité de Aprocom, que también indicaba, no obstante, que no habían llevado el asunto al Ayuntamiento ni a la Junta, tal y como lo han hecho en Écija, para que pusiera todo su empeño en dar solución al conflicto. Ni quejas, ni reclamaciones ni moratorias para retener la apertura de más superficies orientales, de más de 300 metros cuadrados, se han interpuesto desde comerciantes, la Confederación de Empresarial de Sevilla (CES) o la Federación Provincial de Comerciantes (Aprocom).
La principal preocupación de los comerciantes es la competencia desleal de estos comercios cuando abren domingos y festivos. «Estamos intranquilos porque vemos que se llevan ganancias de forma desleal los fines de semana. Además, nuestros proveedores están optando por acudir a estos comercios», decía Arias.
Por otro lado, Felipe Chen, portavoz de la Asociación de Comerciantes Chinos en España aseguraba que «los que desobecen las normas que dicta la Ley de Comercio son la minoría. Casi la totalidad de los establecimientos respetan el horario establecido para los comercios mayores de 300 metros».
Y es que el problema existe cuando un establecimiento es mayor de 300 metros cuadrados abre en horario indebido. Los de menor superficie tienen libertad de abrir cuando quieran. Chen añadía, con respecto al aviso a los comerciantes por parte de las autoridades de la prohibición de abrir fuera de horario, que «muchos de los establecimientos chinos que no respetan los horarios de apertura y cierre lo seguirán haciendo porque nadie les ha dicho que tienen que cerrar, ni policía ni Ayuntamiento».
La Cámara de Comercio, por una parte, apoyó la iniciativa llevaba a cabo por Écija, la de abogar por el diálogo para solucionar los problemas de los comercios chinos y los tradicionales, pero por otra no ve con buenos ojos que se pida «una moratoria al Ayuntamiento de Sevilla para frenar la apertura de locales chinos, ya que, no se debería pedir a ningún comerciante el DNI para abrir un comercio», insistiendo en que lo que sí de debería hacer desde la Administración es «hacer cumplir la Ley de Comercio». La Cámara de Comercio también aconsejaba que «los comerciantes que quieran denunciar hechos irregulares deberían hacerlo de forma conjunta para ejercer más presión en las personas que tienen que arreglar el asunto».
Técnicas de juego
¿Cómo los artículos en comercios chinos se venden a tan bajo precio? Según fuentes empresariales y policiales, la mayoría de bazares se autoabastecen cuando toman contacto, especialmente en el ámbito textil, con talleres clandestinos. Para estos comercios esta técnica es sencilla y barata. Aprovechan su red de distribución para traer sus propios productos, en la mayoría de los casos desde almacenes de los polígonos. Para abastecerse de otros productos propios de una tienda de ultramarinos acuden a los supermercados donde compran como minoristas y sin necesidad de recibir factura, por lo que el IVA no les afecta. Este método, no obstante, también es utilizado por muchos comercios tradicionales, tal y como reconocía el dueño de un comercio de cierto arraigo en Sevilla.
Otra técnica es la compra de productos en grupos. Asimismo, consiguen abrir tantos locales por la ciudad porque este colectivo es conocido por pagar bien, al contado y cuando se les exige. ¿Y de dónde obtienen el capital para hacer crecer sus negocios? Lo normal es que el dinero venga de China mediante financiaciones bancarias o a través de préstamos familiares. En algunas ocasiones, si tienen problemas para pagar al dueño del local, son ayudados por sus compatriotas, así, no queda patente ningún documento que pueda demostrar algún pago en efectivo o préstamo bancario.
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